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Fabby Olano
la que es después que siempre ha sido…

…me acerqué como caminando sobre capas de una “milhojas” y llegué a 3 metros de dónde salía un arco iris sonoro que iba vistiendo al yermo aire de un centro comercial con retazos de una canción que exhibía uno de esos colores que están detrás de los colores visibles… no le veía, pero la voz segura, afinada y de una textura con sabor a natilla con canela me paralizó detrás de un afiche grande que impedía que su luz besara mi retina… sin mirarle, sabía todo lo que sus manos hacían entre las cuerdas acostadas sobre la madera noble de su guitarra… lo que oí de ella antes de estar allí, como jugando al ciego, no tenía sentido de la altura, del tiempo o del aroma del busón de higgs… podía ver nítidamente los paisajes que bocetaba entre estrofa y estrofa, liándose entre los acordes que se creían la cama de sus melodías…  las canciones que oí fueron graffitis escritos en las paredes de la habitación de mi alma… y ella era como ese sonido de las cascadas que ahora tenía tímpanos para ‘vibrarlos’, pero que siempre estuvo allí, toda su vida… si alguien sabe dónde moran las almácigas de Fabby, decídmelo, para robarle algunas semillas brotadas…

Henry Martínez
Abril 2013